55

55

e

654

9

iniciativas que educan

7

lgm

lgm

das

29

21

BULLYING

65

elsa

MAXIMO POTENCIAL

quiero

mandela

mandela

23

23

NR

NR

POESÍA

POESÍA




esc

CORTO

* MARIO ALONSO PUIG: "LA FELICIDAD ES DESCUBRIR EN LA VIDA EL SENTIDO DE NUESTRA EXISTENCIA" *


MEDITACIÓN Y RELAJACIÓN

miércoles

CENTRARSE



THOMAS TROBE / KRISHNANANDA - ESCUELA DE VERANO

Tengo un sobrino de seis años que es un alma muy refinada, inteligente y sensible. Siempre ha tenido sus miedos en la superficie y ha sido así desde que nació. Hace un año, estaba viendo un programa de ninjas en la televisión y decidió que quería aprender Kung fu. Él lo asocia en su mente con esta magnífica práctica de equilibrio para sanar sus miedos. En la tradición oriental las artes marciales eran y siguen siendo formas de meditación. Mi sobrino está aprendiendo a meditar.
Probablemente nuestro mayor reto al sanar nuestro niño sea simplemente aprender a darnos el espacio para sentir sin reaccionar. A esto le llamamos  "mantener los sentimientos". En lugar de reaccionar, si tan sólo podemos mantenernos con lo que estamos sintiendo, permitiéndonos profundizar y seguimos observando, algo sorprendente sucederá. Algo dentro se comienza a relajar. Cuando llegan los sentimientos incómodos, cada célula de nuestro cuerpo quiere eliminarlos, nuestra mente empieza a inventar todo tipo de pensamientos aterradores y encontramos formas de huirAl ignorar esos pensamientos e ignorar nuestro impulso de huir o luchar, cultivamos nuestro estado de conciencia meditativa. Este proceso es transformador.
Pero hace falta cierta habilidad para mantenerse centrado. La vergüenza nos ha robado el contacto con nuestro centro. Al sintonizar con las sensaciones de nuestro cuerpo y con nuestro vientre, volvemos a nuestro centro de forma gradual pero progresiva.
La fuente de nuestra autoestima y nuestra firmeza es estar conectados con nuestro centro. Ello nos posibilita aguantar el pánico y no reaccionar. En mi proceso, tal vez porque mi shock es tan profundo, esto se produce muy lentamente. Algunas veces me siento desbordado por el pánico y me hace falta tener una conciencia absoluta para poder observar, pero también puedo sentir que, gracias al tiempo que he pasado tranquilizándome, sentándome en silencio e intentando sintonizar, poco a poco voy sanando. Sólo hace falta ser paciente contigo mismo.