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POESÍA

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CORTO

* MARIO ALONSO PUIG: "LA FELICIDAD ES DESCUBRIR EN LA VIDA EL SENTIDO DE NUESTRA EXISTENCIA" *


MEDITACIÓN Y RELAJACIÓN

martes

LAS SIETE MENTIRAS DEL ÉXITO - 6

Creencia número 6: El trabajo es un juego.

ANTHONY ROBBINS

¿Sabe usted de alguien que haya logrado un éxito considerable haciendo algo que aborrezca? Una de las claves para triunfar consiste en celebrar un matrimonio perfecto entre lo que uno hace y lo que a uno le gusta. Pablo Picasso dijo una vez: “Cuando trabajo, descanso; lo que me fatiga es no hacer nada o recibir visitas”.

Quizás nosotros no seamos tan buenos pintores como Picasso, pero está en nuestra mano el buscar tareas que nos estimulen y animen. Y cualquiera que sea nuestro trabajo, podemos aportarle muchos de los aspectos de lo que hacemos cuando jugamos. Dijo una vez Mark Twain: “El secreto del éxito está en convertir la vocación en vacación”. Por lo visto, eso es lo que hacen los triunfadores.

Ahora está de moda hablar de los “workaholics”, los adictos o maníacos del trabajo. En efecto, para algunas personas el trabajo se convierte en una obsesión malsana, en algo muy similar a un vicio. No parece que les produzca mucho placer, pero han llegado al punto en que no pueden hacer nada más.

Los investigadores empiezan a descubrir cosas sorprendentes acerca de algunos de estos “ergonómanos”. Algunos parecen maníacos de su actividad porque aman su trabajo, en el que encuentran un desafío, un estímulo y un enriquecimiento vital. Para estas personas el trabajo viene a ser como el juego para la mayoría de nosotros. Lo ven como una manera de averiguar hasta dónde son capaces de llegar, de aprender cosas nuevas, de explorar nuevos caminos.

¿Qué si hay trabajos más propicios para ello que otros? Desde luego. La clave está en moverse para conseguirlos, y ahí es donde empieza a funcionar una de esas espirales ascendentes. Si usted es capaz de encontrar maneras creativas de hacer su trabajo, eso le ayudará a progresar hacia trabajos aun mejores. Pero si decide que el trabajo es una mera rutina muy posiblemente no llegará a ser más que eso.

Hemos hablado de “sinergismo” de un sistema coherente de creencias, de cómo las creencias positivas apoyan y refuerzan a otras. Aquí tenemos otro ejemplo. Yo no creo que existan los empleos sin porvenir. Solo existen las personas que han perdido el sentido de lo posible, que han decidido no asumir responsabilidades, que han optado por creer en el fracaso. Con lo cual le sugiero al lector que se convierta en un maníaco del trabajo. No es cuestión de edificar todo el mundo de uno alrededor del trabajo. Lo que sugiero es que tanto el mundo personal como el laboral se enriquecen cuando uno les aporta la misma vitalidad y la curiosidad que pone en sus juegos.