Alan Turing, el padre de la inteligencia artificial, se suicidó en 1954 tras haber sido condenado a prisión por su homosexualidad. Ahora, Stephen Hawking y otros 10 científicos piden su perdón póstumo.
Stephen Hawking y otros diez científicos británicos han escrito una carta al primer ministro del Reino Unido, David Cameron, reclamando el perdón póstumo para el matemático Alan Turing, que se suicidó en 1954, dos años después de haber sido condenado a una pena de prisión por su homosexualidad. Los científicos creen que Turing, cuya contribución fue fundamental para romper los códigos secretos de la máquina nazi Enigma, fue "uno de los más brillantes matemáticos de la era moderna". "Instamos al primer ministro a ejercer su autoridad y perdonar formalmente al héroe británico"
La carrera profesional de Turing se vio
truncada cuando lo procesaron por su homosexualidad. En 1952 Arnold Murray, el
amante de Turing, ayudó a un cómplice a entrar en la casa de Turing para
robarle. Turing acudió a la policía a denunciar el delito. Durante la
investigación policial, Turing reconoció su homosexualidad, con lo que se le
imputaron los cargos de "indecencia grave y perversión sexual" (los
actos de homosexualidad eran ilegales en el Reino Unido en esa época), los
mismos que a Oscar Wilde más de 50 años antes. Convencido de que no tenía de
qué disculparse, no se defendió de los cargos y fue condenado. Según su
ampliamente difundido proceso judicial, se le dio la opción de ir a prisión o
de someterse a un tratamiento hormonal de reducción de la libido. Finalmente
escogió las inyecciones de estrógenos, que duraron un año y le produjeron
importantes alteraciones físicas, como la aparición de pechos o un apreciable
aumento de peso, y que además le convirtieron en impotente.
En una carta de esta época a su amigo Norman Routledge, Turing escribió en forma de falso silogismo una reflexión, relacionando el rechazo social que provoca la homosexualidad con el desafío intelectual que supone demostrar la posibilidad de inteligencia en los ordenadores. En particular, le preocupaba que los ataques a su persona pudieran oscurecer sus razonamientos sobre la inteligencia artificial:
En una carta de esta época a su amigo Norman Routledge, Turing escribió en forma de falso silogismo una reflexión, relacionando el rechazo social que provoca la homosexualidad con el desafío intelectual que supone demostrar la posibilidad de inteligencia en los ordenadores. En particular, le preocupaba que los ataques a su persona pudieran oscurecer sus razonamientos sobre la inteligencia artificial:
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Turing cree que las máquinas piensan
·
Turing yace con hombres
·
Luego las máquinas no piensan
Dos años después del juicio, en 1954, un día antes del desembarco de Normandía, murió por envenenamiento con cianuro, aparentemente tras comerse una manzana envenenada que no llegó a ingerir completamente. La mayoría piensa que su muerte fue intencionada y se la consideró oficialmente como un suicidio. A pesar de que su madre intentó negar la causa de su muerte, atribuyéndola rotundamente a una ingestión accidental provocada por la falta de precauciones de Turing en el almacenamiento de sustancias químicas de laboratorio, su vida terminó amargamente y envuelta en una nube de misterio. Esta misteriosa muerte ha dado lugar a diversas hipótesis incluida la del asesinato. El 10 de septiembre de 2009 el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, emitió un comunicado declarando sus disculpas en nombre del gobierno por el trato que recibió Alan Turing durante sus últimos años de vida. Este comunicado fue consecuencia de una movilización pública solicitando al Gobierno que pidiera disculpas oficialmente por la persecución sufrida por Alan Turing. Sin embargo, en 2012 el Parlamento británico volvió a negar el indulto al científico, aduciendo que la homosexualidad era considerada entonces un delito penal.