MARTA LÓPEZ / CESAR MEDIAVILLA - IDM
El 20 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Conmemoración Trans, fecha establecida para recordar a las personas transexuales y transgénero que han perdido la vida debido al prejuicio y al odio.
Las personas transexuales son aquellas cuyo sexo psicológico no está en concordancia con el sexo que les fue asignado al nacer en función de sus características biológicas (cromosomas, genitales y/o carga hormonal). Estas personas buscan que su físico sea lo más congruente posible con su verdadera identidad sexual a través de terapia hormonal e intervenciones quirúrgicas (mal llamada cirugía de cambio de sexo, porque ningún transexual se siente hombre o mujer sólo por una operación).
En las personas transgénero se produce una disonancia entre la expresión de género (femenina o masculina) asignada según sus órganos sexuales y la que la persona desearía expresar, pero esta disonancia no conlleva la necesidad de adaptar su cuerpo mediante cirugías.
Se calcula que la mortalidad dentro de este colectivo está en torno al 60-70% debido a: suicidios, problemas médicos por no poder acceder a tratamientos supervisados por especialistas y crímenes de odio. Además de estas preocupantes cifras, el colectivo trans sigue siendo uno de los más marginados y olvidados y en muchos países, como es el caso de España, se siguen sin implementar políticas adecuadas para acabar con esta situación.
De hecho, la transexualidad está incluida dentro de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud, a pesar de que muchos países, e incluso el Parlamento Europeo, han solicitado a esta organización que la retire de esta clasificación. Considerar a las personas transexuales como desviadas y enfermas mentales sólo sirve para contribuir a su discriminación.
Uno de los principales motivos de la exclusión y violencia que sufren las personas trans es su visibilidad: su apariencia física delata en muchas ocasiones su identidad, haciéndolas susceptibles de sufrir distintas formas de discriminación, humillación, hostigamiento y violencia verbal y física.
No obstante, la necesidad de poder vivir su vida desde el sexo / genero que sienten – más allá de lo que las normas sociales les han dicho que son – hace que las personas transexuales inician su proceso de reasignación sexual. Un proceso enriquecedor en lo personal, pero también duro, tanto en lo social, como en lo económico y legal.
En esta sociedad normativa e intransigente decidir ser fiel a uno mismo, enfrentándose a las reglas preestablecidas, tiene siempre un coste muy caro. Por esta razón las personas trans son un símbolo de la lucha por las libertadas individuales y el 20 de noviembre es el día para celebrar su valentía.
