JOSE MARÍA VICEDO
He leído en innumerables ocasiones el maravilloso poema de
Robert Frost titulado “The Road
Not Taken” / “El camino no elegido”, y en cada una de las ocasiones que lo he
leído no he podido evitar reflexionar sobre la importancia que tienen para
nuestra vida y nuestra realización personal las elecciones que hacemos sobre
qué camino tomar cuando aparecen frente a nosotros diferentes opciones.
En
una sociedad como la actual, donde todo tiende a unificarse, y son las modas
las que marcan para una gran mayoría su modo de actuar, resultan más vigentes
que nunca las palabras del poeta en el último verso del poema:
Two roads
diverged in a wood, and I—
I took the one less
traveled by,
And that has made
all the difference.
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos
transitado,
Y eso hizo toda la
diferencia.
La
opción “fácil” en la vida suele ser elegir siempre el camino que recorre la mayoría.
Eso simplemente supone en la mayor parte de los casos “dejarse llevar”. Es el
camino cómodo compuesto generalmente por todo aquello que queda dentro de
nuestra zona de comodidad, o por lo que marcan las modas, o por lo que nos
vende la publicidad y los medios. Pero es una clase de camino que a pesar de su
aparente facilidad difícilmente conduce a la verdadera realización y plenitud.
Es una clase de camino que raramente nos empuja a tener que crecer para desatar
en cada instante lo mejor de nosotros mismos. Es un camino que generalmente
conduce con el tiempo a formularnos la más temible de las preguntas… ¿Qué
hubiese podido ser mi vida si me hubiese atrevido a poner en juego todo mi
potencial?… Ojalá jamás te tengas que enfrentar a una pregunta de ese tipo.
Por
eso, siempre he defendido que es en “el camino menos transitado”, aquel que
está en sintonía con nuestros verdaderos valores, aspiraciones, anhelos y
sueños, donde se encuentra la llave hacia la verdadera felicidad y realización.
Es un camino poco transitado porque es sencillamente “tu” camino. Solo tú sabes
realmente cuáles son esos anhelos profundos de tu corazón y solo a ti te
corresponde tomar una decisión comprometida y verdadera para alcanzarlos. Este
es un camino ajeno a las modas, los comentarios de los demás, lo generalmente
aceptado,… Y suele ser un camino que requiere poner en juego lo mejor que hay
en ti para ser recorrido.
Todos
en algún momento de nuestras vidas llegamos a uno de esos puntos en los que
aparecen frente a nosotros varias opciones para elegir. Y es en esos momentos
cuando tenemos que tener el suficiente coraje para escuchar esa voz interior
que siempre está ahí para en forma de intuición decirte… ¡Atrévete! ¡Toma el
camino hacia tu verdadera realización! ¡Ha llegado el momento de poner en juego
todo tu máximo potencial!
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos
transitado,
Y eso hizo toda la
diferencia.
Elige
tu propio camino. Será el menos transitado. Pero su destino es claro: tu
auténtica realización personal y la felicidad.