La resiliencia es la capacidad desarrollada en la persona que sabe poner en marcha recursos psicológicos para sobreponerse a los conflictos vitales y seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos estresantes, desestabilizadores o traumáticos, aprendiendo a salir fortalecida de la propia experiencia negativa.
La
neurociencia demuestra de forma contundente que la resiliencia es una respuesta
cerebral adaptada y su desarrollo indica un ajuste saludable frente a la
adversidad. “Como si el problema vivido y asumido hubiera desarrollado en ellos
un nivel superior de maduración psicológica”.
El
desarrollo de capacidades emocionales es de vital importancia para prevenir
cualquier desajuste de la personalidad y poder gestionar en el futuro la propia
vida con éxito.