ANTHONY ROBBINS
El mundo en que vivimos es el mundo en que hemos elegido vivir,
sea consciente o inconscientemente. Si elegimos la felicidad, eso será lo que tengamos;
y si elegimos la miseria, esto tendremos también. La fe* [en el sentido literal
del término] es el fundamento de la excelencia. Nuestras creencias son
planteamientos organizadores de la percepción, específicos y coherentes. Son
las elecciones básicas que hacemos acerca de cómo vamos a percibir nuestra vida
y, en consecuencia, cómo vivirla. Con ellas se pone en marcha o se detiene
nuestro cerebro. Así pues, el primer paso hacia la excelencia consiste en
descubrir las creencias que nos guiarán hacia los desenlaces que deseamos.
El camino hacia el triunfo puede describirse así: saber adónde
quiere uno ir, emprender la acción, ver qué resultados obtiene y mostrarse
flexible para cambiar, hasta alcanzar el éxito. Lo mismo pasa con las
creencias. Hay que descubrir las creencias que fomentan los objetivos de uno,
que le hacen ir hacia donde él quiere. Si las creencias que tú tienes no te
sirven para eso, abandónalas y prueba con otras nuevas.
A veces la gente se extraña cuando le hablo de las “mentiras”
del éxito. ¿A quién le gusta vivir entre mentiras? Lo que quiero decir es que
no sabemos cómo es el mundo en realidad. No sabemos si nuestras creencias son
verdaderas o falsas. Lo que sí podemos averiguar, en cambio, es si nos sirven,
si nos elevan, si enriquecen nuestras vidas y hacen de nosotros personas
mejores, si nos ayudan y ayudan a otros.
En este post usaré la palabra “mentiras” no con un sentido de “engaño
o insenciridad”, sino más bien como instrumento útil para recordarnos que, pese
a lo mucho que creamos en un concepto, deberíamos permanecer abiertos a otras
posibilidades para no dejar de aprender. Te sugiero que consideres estas siete
creencias y decidas si pueden serte
útiles. Yo las he encontrado una y otra
vez en los triunfadores a quienes he modelado. Para modelar la
excelencia, hemos de empezar con los sistemas de creencias de la excelencia. He
descubierto que esas siete creencias capacitan a la gente para usar a fondo sus
recursos, hacer más (y más a lo grande) y producir grandes resultados.