La vida es un concierto en el que cada uno ha de aprender a tocar su música. Habida cuenta que cada cual ha de afinar su propio violín, uno se decanta hacia el diario íntimo, la propia construcción del mundo, la novela de un solo personaje o mejor, la novela sin personaje, la difícil captura de la facticidad de cada día, una cierta voluntad de no hacer trampa.
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Salvador Pániker - Cuaderno Amarillo