FRANCISCO ALCAIDE
La vida, es a menudo, una lucha entre lo que dices que quieres (palabras) y lo que quieres de verdad (sentimientos); entre tu yo externo (lo que parece) y tu yo interno (lo que es); entre tu nivel consciente y tu nivel inconsciente. Y cuando existe un conflicto entre ambos, siempre triunfa el segundo. Y es así, porque tu Inconsciente (creencias) es quien gobierna tu vida y marca el rumbo de tu existencia. Y el Inconsciente nunca responde a tus palabras sino a lo que sientes como verdadero. Y ello te impide conseguir resultados.
La pregunta inmediata es: ¿Por qué existe este conflicto? Es sencillo: hay una especie de "miedo secreto" incrustado en el inconsciente que paraliza y genera resistencias, alejándote de conseguir lo que deseas. Ese miedo, no es otra cosa, que un cierto miedo al éxito. En el fondo uno desea que no ocurra aquello que dice que quiere, ya sea porque uno teme a las consecuencias del mismo (envidias, críticas, fama, fracaso, etc) o porque uno cree que no se lo merece (complejo de culpa)
Poca gente sabe de la existencia de este "miedo secreto". Sabes que quieres algo pero ves que todo son obstáculos a la hora de conseguirlos. Recuerda que todo lo que no fluye en la vida, son resistencias que uno internamente está generando y provocando, casi siempre de manera inconsciente.
El miedo genera las resistencias. Recuerda que sólo hay dos tipos de energía de las que surge todo lo demás: o positiva (el amor) o negativa (el miedo). Y en lo que te concentras, se expande. Mucha gente crítica a la Ley de la Atracción porque dicen que "eso no se cumple", cuando en realidad lo que pasa es que no se dan cuenta que a la Ley de la Atracción le da igual lo que tu quieres o no quieres (mente consciente) sino que presta atención a lo que sientes como verdadero (mente inconsciente), esto es, lo que quieres de verdad, en lo más profundo tuyo.
Cada vez que aquello que deseas no se cumple, presta atención a tus resistencias (miedos) a que eso ocurra de verdad. Puede ser que tu situación no te guste, pero estás cómodo, la rutina la tienes dominada, y el cambio y la incertidumbre de los acontecimientos producen miedos que dan lugar a resistencias que impiden que lo que dices que quieres suceda.