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Cuanto más hemos aceptado jugar al juego de otros, cuanto más dejamos de sentir lo que siente nuestro yo esencial, cuantas más decisiones hemos tomado buscando la aprobación proveniente del exterior...más lejana, más ausente, más oxidada está la brújula que cada uno de nosotros lleva dentro. Puede haber, incluso, personas que hayan perdido su propio magnetismo, y entonces la aguja de su brújula gira y gira sin ningún sentido, marcando ninguna dirección. Pero si alguien se ha sentido apresado en procesos como los descritos, hay un extraordinario principio de funcionamiento universal: siempre, en cualquier momento, en cualquier circunstancia, se puede recuperar la brújula interior. Siempre. Incluso aunque se haya roto el cristal que protegia nuestra aguja. Siempre se puede. Recuperar nuestra propia brújula interior es volver a lo que en realidad Somos. Quizá algún día lo olvidamos, pero siempre tenemos el derecho y la opción de volver a reencontarnos con lo que Somos de verdad, con lo que Sentimos de verdad, con aquello con nos da Alegria, Paz, Estabilidad, Convicción, Sentido. Si enterramos lo que Sentimos, estamos muertos (aunque nos movamos). Os invito a desenterrar aquello que guardáis en lo más profundo de vuestras Almas. Acaben donde acaben, un viaje como éste vale la pena iniciarlo.
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Manel Armengol