HISTORIAS DE TUTORÍA 19

Estimado tutor:

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Desde que te envié mi primer mensaje ya son cuatro los amigos que conocen mi verdadera orientación sexual. Tres son chicas, con las que ya he podido charlar más libremente sobre chicos y esas cosas. El otro es Roberto, mi mejor amigo. Se tomó muy bien que me sincerara con él y que le hiciera partícipe de que en cierto modo también me siento atraído por él. Creo que me gusta, ya que es el único chico con el que hablo del tema. Además me comprende y me da confianza. La noche que le dije que era gay durmió conmigo en la cama, ya que estábamos de convivencia. Roberto es hetero y tiene novia desde hace siete meses. Aún así, me dedica una buena parte de su tiempo y me apoya constantemente. Tengo 16 años y soy un cuerpo de hormonas en ebullición. Tengo ganas de comerme el mundo y de dejar de observar a escondidas al chico que me gusta.Tengo ganas de abrazarlo y besarlo. Sin embargo, me da mucho miedo la repercusión social que pueda haber cuando lo cuente. Conozco a mucha gente... y como me llevo muy bien con las chicas, tengo fama de ligón. Siempre me pongo la excusa de esperar a la Universidad, que allí cambiará todo y que empezaré de cero. Escribiendo este correo me pongo a pensar en lo que la gente cree de mí y de lo que yo no hago sólo por el miedo a salirme de lo políticamente correcto... ¿Si digo que soy gay mis compañeros de clase y mis compañeros de futbol (con los que comparto vestuario) se alejarían? ¿Acaso no soy el mismo de siempre que les respeta? Simplemente por decirlo, no me voy a abalanzar sobre ellos. Otro problema es que al haberlo contado me siento más libre, cosa que no es mala. Lo malo es que debido a esto (aunque no tenga pluma) se me notan más algunas cosas como el mirar de reojo (¿quién no lo ha hecho?) y por ello, un chico de mi instituto (un malotillo) me llama marica, y a frase que digo le saca doble significado... En ocasiones, su desprecio me hiere especialmente, haciéndome sentir como un monstruo, como una cosa rara. Espero recibir mas correos tuyos y que me ayudes a ver las cosas con claridad. Besos.

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Hola Jaime,

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Muchas gracias por hacerme sentir que soy tu amigo. Mi compromiso será siempre decirte lo que pienso, y aunque en ocasiones discrepemos, espero seguir mereciendo tu confianza. Has hecho muy bien comunicando tu orientación sexual a los amigos más cercanos. Esta novedad, como ves, no les ha caído como un jarro de agua fría. Al contrario, tu decisión les muestra la nobleza de tu carácter y una amistad que se consolida desde la honestidad y la valentía. Entiendo que te encuentres muy a gusto con Roberto al no haber defraudado éste tus expectativas más personales. Y comprendo que un corazón abatido como el tuyo, entrevea la posibilidad de corresponder a la lealtad de un amigo del modo más natural. ¿Cómo? Con señales de amor; un sentimiento, que no debes confundir y sí controlar, al existir un condicionante fundamental: Roberto es heterosexual. Sé que es difícil, porque “el corazón tiene razones que la razón no entiende”... No obstante, debes ser consecuente con la situación creada, para respetar del mismo modo sus ideales de vida. Su amistad es una forma de amor, muy generosa, que te da sin reservas.... Al pretender competir con su novia, corres el riesgo de perderle irremediablemente. Entiendo tu temor al valorar las consecuencias que tendría una eventual salida del armario. Esa es una decisión que tendrás que estudiar concienzudamente. Sin embargo, no partes de cero; tienes cuatro amigos que te demuestran desde el afecto un compromiso con tus derechos irrenunciables; tienes el amparo legislativo que te confiere igualdad y dignidad; tienes un deber moral para reivindicarte con autonomía y desde la diferencia; y sobre todo tienes el derecho a construir tu futuro libremente, sin el yugo opresor de quienes desean controlar tu vida. No obstante, y hasta que llegue ese momento, puedes ir preparando el terreno defendiendo ante tus amigos, desde la “neutralidad” pero con convicción, los derechos de las minorías sexuales. Probablemente, te alcance la injuria y el prejuicio de algún descerebrado, pero también recibirás el aliento de otros compañeros que se sientan del mismo modo aludidos. Es fundamental construir un discurso genuino, desprovisto de cualquier artificio. Te ayudaría sobremanera la lectura de alguno de los ensayos que os recomendamos en el blog y también la socialización con otros jóvenes que dedican parte de su tiempo a la defensa de los derechos humanos y civiles. Es perfectamente comprensible que te sientas atraído por la belleza masculina. Ahora bien, también debes entender que algunos chicos heterosexuales se pueden sentir intimidados si son observados en el vestuario sin el menor cuidado e interpretar como lascivia lo que en ti es un acto natural. Mi consejo es que seas en extremo prudente y que evites las situaciones que puedan generar conflicto. Sin caer en la mojigatería, y con independencia del género o la orientación sexual, hay que respetar el derecho a la intimidad de todo el mundo. Respecto al “malotillo” que te aburre con el monotema, lo mejor es no hacerle caso; si se pone muy pesado, procura entonces econtrar el apoyo de un amigo común, para que actúe como mediador en la resolución del conflicto.

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Lo malo de los besos... es que crean adicción.

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¿Te los devuevo entonces? J.